07 Feb Índice de reproducción cromática
El índice de reproducción cromática (IRC) es la medida utilizada en relación a una fuente de luz para medir su capacidad de mostrar los colores de un objeto de manera “real”. Esto tomando como referencia la iluminación natural. (El índice de reproducción de color máximo es igual a 100.) El rango en el índice de reproducción cromática va del 0 al 100. A mayor número en el CRI, mejor reproducción de color. Éste rango se mide en una escala de 8 colores que aparecen en las lámparas basándose en un estándar.
Método:
La fuente de luz considerada “ideal”, utilizada como referencia, corresponde con la radiación del cuerpo negro en aquellos casos en los que la temperatura de color es inferior a 5000K. Para temperaturas superiores se utiliza como referencia la luz natural diurna. El método utilizado (Test Sample Method o Test Color Method) se basa en el análisis colorimétrico, sin valorar la distribución espectrométrica. Para el cálculo del índice se analizan tan solo ocho colores estandarizados (R1-R8), todos de ellos poco saturados. Para ofrecer un valor más representativo, en ocasiones se utiliza un índice ampliado (IRC14) que, además de los colores recogidos en el CRI estándar, incluye seis colores más. (R9-R14)
La comprobación visual
Cuando se estableció el método de cálculo del IRC, se definieron infinitas fuentes de luz ideales: tantas como temperaturas de color. Lo cual no deja de ser una simple convención, puesto que, desde un punto de vista físico no existe un concepto objetivo y universal de luz ideal. Sin embargo, gran parte de nuestra capacidad de decisión a la hora de valorar la calidad de la luz la basamos en el IRC, que pasa a ser en la mayoría de ocasiones el único criterio de selección; incluso en aquellos casos en los que su valor entra en contradicción con nuestras sensaciones visuales.
Puntualmente, por exigencias del mercado, se puede llegar al caso de que un fabricante modifique los componentes en la fabricación de un LED para que emita más luz en aquellas zonas del espectro que mejoran el IRC, aún a costa de disminuir la emisión en otras zonas que, si bien no son relevantes para el índice, sí que contribuyen a mejorar la percepción. De este modo, se puede dar el caso paradójico de que se incremente el valor del IRC disminuyendo simultáneamente la calidad de reproducción cromática real.
Por ello, en este aspecto, quizás deberíamos ser más críticos. Sin dejar de lado que el IRC es una herramienta muy útil, la observación/comparación experimental utilizando una muestra de la fuente de luz en condiciones reales resulta también un método a tener muy en cuenta.
¿Es la observación directa un procedimiento cargado de subjetividad? Por supuesto. Pero no olvidemos que, si bien el cálculo del IRC es objetivo —laboratorios diferentes siempre obtendrán el mismo valor para una fuente de luz determinada—, la propia definición del índice —la elección en parte arbitraria de los colores de referencia y del espectro que se considera luz ideal—, provoca que, implícitamente, este adolezca también de una importante carga subjetiva.